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Representación en España
  • Artículo
  • 9 de junio de 2021
  • lectura de 4 min

¿Cómo sería vivir en un mundo con contaminación cero?

Existe un extenso listado de factores que amenzan la vida de los seres vivos en nuestro planeta. Necesitamos del buen hacer para conseguir entre todos un planeta sano y proteger la salud de todos los seres vivos que lo componen. 

Earth Day

La lucha sanitaria contra la pandemia de la COVID-19 no es la única a la que nos enfrentamos actualmente. El cambio climático, la contaminación ambiental, la pérdida de biodiversidad y el uso insostenible de los recursos naturales suponen múltiples riesgos para la salud humana, animal y de los ecosistemas. También contribuyen a la proliferación y propagación de amenazas como las enfermedades infecciosas y no transmisibles, la resistencia a los microbios y la escasez de agua, entre otras. Existen una multitud de amenazas que desafían nuestra supervivencia y calidad de vida y que, por tanto, exigen soluciones urgentes. Para combatir estos desafíos, el Pacto Verde Europeo propuesto por la Comisión Europa solicita a los estados miembros de la UE una actuación conjunta inmediata.

La contaminación puede causar un innumerable listado de enfermedades como el cáncer, enfermedades pulmonares obstructivas, derrames cerebrales o diabetes, entre otras. Según la revista médica británica The Lancet, se calcula que en 2015 provocó 9 millones de muertes prematuras, lo que supone el 16% de las pérdidas a nivel mundial. Por todo ello, es urgente actuar.

Los impactos perjudiciales de la contaminación suelen afectar en mayor medida a los más vulnerables: niños que crecen con malformaciones, personas mayores, personas con algún tipo de discapacidad, etc. Por eso, la lucha contra la contaminación es también una lucha por la equidad y la igualdad. En el mundo, los países con ingresos bajos o medios son los más afectados por las enfermedades causadas por la contaminación. La cifra de muertes relacionadas con estos trastornos rozan el 92% de las pérdidas totales.

Si la salud y la pérdida de biodiversidad no son suficientes para que todos los sectores de la sociedad se sumen a la lucha contra la contaminación y el cambio climático, se une el beneficio económico que supondría su erradicación. Por ilustrar esta afirmación; entre 2000 y 2017, mientras las emisiones de los principales contaminantes atmosféricos disminuyeron entre un 10% y un 70%, el PIB creció un 32%. El aumento del consumo también supone un gran impacto negativo sobre el medio ambiente. No obstante, se presenta como una oportunidad para las empresas de la UE la creciente demanda de bienes y servicios sostenibles. No debemos olvidar que actuar ahora contra la contaminación significa también solidaridad intergeneracional.

 

«Hacia una contaminación cero del aire, el agua y el suelo»

Para contribuir en esta lucha, la UE ha aprobado el Plan de acción «Hacia una contaminación cero del aire, el agua y el suelo»con el fin de acelerar la reducción de la contaminación, un plan de acción que establece objetivos clave para el año 2030. Esta iniciativa tiene como objetivo lograr una contaminación cero para 2050 o, lo que es lo mismo, conseguir un planeta sano en los próximos 29 años. Reducir la contaminación del aire, el agua y el suelo a niveles que ya no se consideren perjudiciales para la salud, crear un entorno libre de tóxicos e incluir la prevención de la contaminación en todas las políticas pertinentes de la UE.

 

¿Qué podemos hacer los ciudadanos para contribuir? Pequeñas acciones que marcan el camino a grandes cambios

Cuando se trata de limpiar nuestro planeta, cada pequeño granito de arena suma, y mucho. Existen una serie de pequeñas y sencillas acciones que los ciudadanos podemos llevar a cabo para lograr el futuro de un planeta más sano. Algunos de los hábitos que podemos incorporar a nuestro día a día son:

  • Utilizar el transporte público. Cambiar el vehículo privado –normalmente unipersonal- por el autobús o el metro mejora la calidad del aire y reduce la contaminación acústica, repercutiendo favorablemente en las personas crónicamente afectadas por el ruido del transporte.
  • Optar por envases reutilizables textiles o de materiales biodegradables mejora la calidad del agua y reduce considerablemente la generación de residuos.
  • Invertir en el diseño de procesos de fabricación más sostenibles ayudará a reducir el ritmo actual de pérdida de la biodiversidad.
  • Reducir los plaguicidas químicos no solo mejora la calidad del suelo sino que, además, mejora nuestra alimentación.
  • Demandar productos y servicios más sostenibles contribuirá a cambiar la tendencia de la demanda y obligará a las empresas a invertir dinero y esfuerzos en la producción de una oferta más respetuosa con el medio ambiente.

 

Se trata de un listado de pequeñas acciones que todos conocemos y podemos llevar a cabo y que marcan el camino hacia grandes cambios y un planeta más sano y sostenible.

Es el momento de ser ambiciosos, de protegernos los unos a los otros y de hacer las paces con nuestro planeta. Y tú, ¿estás dispuesto a luchar por tu salud?

 

Detalles

Fecha de publicación
9 de junio de 2021